En Campomar intentamos basar la formación en el dicho “saber es hacer”, siempre vinculando las prácticas a los diferentes módulos de estudio. Si bien es cierto que la mayor parte de las prácticas las realizamos en el invernadero o en el huerto, es fundamental que los alumnos realicen prácticas en otra área de su formación, como es la jardinería y el paisajismo.
En los exteriores del centro tenemos gran variedad de especies vegetales, especialmente usadas en la jardinería costera, y los alumnos se encargan de su producción en el vivero, de aportar en su utilización en el centro y de su plantación, así como del mantenimiento de las mismas (podas, riegos, abonados, etc.), algo que es formativo en varios aspectos, pues por un lado aprenden a manejar desde las herramientas manuales más básicas (azadas, tijeras de seto, rastrillos, etc.) hasta la maquinaria asociada a los cultivos o la jardinería (cortasetos, sopladoras, trituradoras, podadora en altura, etc.). Lo bueno de todo ello, no sólo es que aprendan a podar, por ejemplo, sino que resuelven otros problemas que surgen en la ejecución de los mismos como problemas mecánicos. En definitiva "trabajar aprendiendo".
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